PRESENTACIÓN
Después de más de 20 años en los cuatro rincones de Francia, en el extranjero y en el extranjero, es en París, la ciudad de donde soy, donde comencé con la alfarería.
La idea venía ganando terreno durante mucho tiempo pero nunca me había dado el paso, demasiado ocupado con la vida de expatriado con todo lo que ofrece de maravilloso: viajes, aventuras, novedades ... Te sientes como un explorador que descubre el mundo ... adaptándose a nuevas culturas, nuevos estilos de vida a menudo diferentes a los suyos ... ¡hay mucho que aprender y ver!
Cerámica de Etiopía, Surinam, México, Vallauris en Francia, esculturas y pinturas de Senegal, cestería de Djibouti, arte Tembé de artistas Saramaca y cultura indígena Wayana a orillas del río Maroni en Guyana, la fauna y la flora de todos los países. donde he vivido o visitado son una fuente inagotable en mi trabajo.
Todo esto alimentó mi imaginación y reveló mi amor por el arte y la artesanía.
Durante varios años practiqué la pintura sobre porcelana lo que me permitió satisfacer mi deseo de creación, expresar mi gusto por el dibujo y la pintura y encontrar mi propio estilo. Pero siempre he mantenido el deseo de producir un objeto de la A a la Z y trabajar con el material.
De regreso a París, me inscribí en un taller de cerámica donde descubrí las técnicas de modelado y torneado, el trabajo de la loza y el gres.
Tout cela a nourri mon imaginaire et révélé mon amour pour l’art et l’artisanat.
Pendant plusieurs années, j’ai pratiqué la peinture sur porcelaine qui m’a permis d’assouvir mon envie de création, d’exprimer mon goût pour le dessin et la peinture et de trouver mon propre style.
Mais j’ai toujours gardé l’envie de produire un objet de A à Z et de travailler la matière.
La piedra arenisca fue una revelación. Me gusta su acabado suave. Disparado a 1280, se vuelve robusto e impermeable: práctico para cuartos de servicio.
Hace un año que vivo en nuestra casa del País Vasco, mi región de corazón y la de mi marido. Dado que las cajas están ahora almacenadas, tengo más tiempo para dedicarme a un proyecto que siempre me ha hecho soñar: abrir mi propio taller.
Tengo la suerte de tener mi espacio dedicado a la alfarería. Invertí en un horno de alta temperatura y un torno. Me paso horas enteras creando, experimentando, probando, a menudo acompañado por nuestro gato Twist, que duerme al lado.
Nunca sé cuál será el resultado cuando abras el horno y eso es lo fascinante. Pasamos de la alegría al desánimo y luego al final, cuando lo logramos: ¡qué alegría! Particularmente me gusta la fase de esmaltado. Hacer tus propios esmaltes es emocionante.
Nunca dejo de aprender todos los días, y me estoy mejorando constantemente ...
Mientras recién me embarco en esta nueva aventura, ya tengo un montón de ideas y proyectos para el futuro: de ti dependerá su realización y la recepción que des a mis primeros pasos;)